Hace muchos siglos en una terrible batalla , un joven trompetero animaba a soldados en la pelea con los sonidos de su trompeta.
Cuando termino la batalla y su ejército perdió , fue tomado como prisionero , defendiéndose para no ir a la guillotina decía :
por favor no me maten , miren que solo soy un trompetero , mi trabajo consiste en tocar la trompeta.
Esta misma circunstancia agrava tu delito, le contestaron sus enemigos
pues si bien tú no combatías, animabas el ardor de los demás con tus tocatas , ¡¡ A la guillotina !!
Moraleja de la historia : Más dignos son de castigo los que incitan a los otros para que cometan algún delito que los mismos que lo cometen
1 corintios 8 : 9
“Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. “
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