LA GRACIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEA CON TODOS VOSOTROS.

AMEN.


BENDICIONES!!!

lunes, 21 de febrero de 2011

LA MUERTE DE CRISTO COMO TRIUNFO

La muerte de Cristo como triunfo
Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies (1 Corintios 15: 24, 25).
OTRA DE LAS RAZONES de la muerte de Cristo fue destruir el reino del mal. Es una realidad poco entendida que vivimos en medio de una lucha entre las fuerzas del bien y las del mal. No nos damos cuenta de lo que esto significa, tanto a nivel personal como cósmico.
El Apocalipsis testifica de esta guerra que comenzó en el cielo y se extendió a la Tierra. Una lucha milenaria, encarnizada y feroz que trata de representar mal el carácter de Dios ante el universo. ¿Fue Dios justo cuando expulsó a Lucifer del cielo? ¿Fue Dios justo al tratar con la desobediencia de Adán y Eva? ¿Fue Dios justo al destruir el mundo con un diluvio? ¿Fue Dios justo al destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra? ¿Es Dios justo cuando los malos prosperan y los buenos sufren?
Sobre todo es una lucha que se libra a nivel personal, donde cada mente es el campo de batalla. Cada ser humano es un agente del bien o del mal. Dios debe ser justo y ético al tratar con el mal y la injusticia, porque eso corresponde a lo que él es.
El foco de esta lucha milenaria se centró en la cruz del Calvario. Allí se iban a contestar todas las preguntas. Allí se iban a aclarar todas las dudas. Allí se iba a determinar quién tenía razón. Allí el carácter de Dios estaba en tela de juicio. Allí, por la muerte de Cristo, el carácter de Dios fue vindicado ante el universo. Allí se reveló con toda claridad el carácter de Satanás. Allí el universo entero fue testigo de la exhibición maravillosa de los verdaderos motivos de Dios y de los motivos ocultos de su adversario. La muerte de Cristo en la cruz fue una declaración del triunfo del bien. San Pablo dijo: «Dios [...] desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio de Cristo los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal» (Col. 2: 13, 15).
Oramos por ti, que Dios te bendiga,

ERICSON ALEXANDER - VUELVO A TI



















ERICSON ALEXANDER - VUELVO A TI

TITULOS

01. Te Venimos a exaltar
02. Mi Cristo Vive
03. Avivanos
04. Soy Sano
05. Eres Santo
06. Solo Jesus
07. Eres Mi Padre
08. Mi Suenos Te Doy
09. Vuelvo A Ti
10. Una Vez Mas

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ERICSON ALEXANDER

RECONCILIACIÓN Y SALVACIÓN

Reconciliación y salvación
Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios» (2 Corintios 5:20).
ALGUIEN PODRÍA CONCLUIR que puesto que Cristo reconcilió a Dios con el mundo entero, todo el mundo se va salvar. Si ya Dios puso los pecados del mundo sobre Cristo y lo condenó como pecador en lugar de la raza humana, entonces todos los seres humanos se van a salvar. Lamentablemente, no. ¡Cómo quisiéramos que fuera así!
Mencioné que la reconciliación es una palabra teológica que viene del mundo de las relaciones humanas. Imagine que un vecino suyo cometió una falta grave contra usted, por la cual ambos se enemistaron. Poco después, usted piensa en el incidente y lo que significa, y decide ir a su ofensor y decirle: «Quiero decirte que no tengo nada contra ti; estoy en paz contigo y deseo que nos reconciliemos». Su vecino lo mira a los ojos, y le contesta: «Tú estarás en paz conmigo, pero yo no; tú querrás mi amistad, pero yo no quiero la tuya». ¿Piensa usted que se reconcilió con su vecino? Claro que no. Por más que se haya reconciliado con él, todavía falta que él se reconcilie con usted para que la reconciliación sea efectiva.
Lo mismo sucede con Dios. Él se reconcilió con nosotros, pero es necesario que nosotros aceptemos esa reconciliación y nos reconciliemos con él. Si el ser humano no acepta la oferta divina, no hay reconciliación. Si no aceptamos el ofrecimiento de paz que Dios nos hace, la muerte de Cristo no será efectiva en nosotros. Para que la reconciliación divina sea una realidad, es necesario que ambas partes acepten las premisas de la reconciliación. Para fines de la salvación, no es suficiente que Dios se reconcilie con nosotros; todavía nos incumbe aceptar su oferta y reconciliarnos con él. La salvación será efectiva solo en quienes acepten el ofrecimiento divino.
La reconciliación divina también requiere que haya personas que lleven este ofrecimiento a los que no saben que Dios se ha reconciliado con ellos. Pablo dice que «somos embajadores en el nombre de Cristo», por lo tanto debemos decir a otros que Dios no es nuestro enemigo; debemos presentarles su oferta de paz y reconciliación.
Oramos por ti, que Dios te bendiga,

ERICSON ALEXANDER - NO FUE EN VANO



















ERICSON ALEXANDER - NO FUE EN VANO

TITULOS

01.- Generación No Fue En Vano
02.- Ato Al Hombre Fuerte
03.- Celebraré
04.- Creo En Ti
05.- No Fue En Vano
06.- Me Amas, Me Cubres
07.- Manifiestate
08.- Toma Mi Vida
09.- Estar Contigo
10.- Te Doy Las Gracias

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ERICSON ALEXANDER

MUERTE VICARIA Y SUSTITUTA

Muerte vicaria y sustituta
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8)
DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS, la muerte de nuestro Señor no fue solo un suceso histórico, ni tampoco algo que realizó para beneficio de sí mismo. El apóstol Pablo nos dice que «murió por nosotros» (1 Tes. 5: 9); que fue entregado por «todos nosotros» (Rom. 8: 32); que se «entregó a sí mismo por nosotros» (Efe. 5: 2); que se hizo «maldición por nosotros» (Gal. 3: 13). Todas estas declaraciones apuntan hacia la actitud que Jesús tenía sobre su muerte. Él declaró: «Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos» (Mar. 10: 45). Esto es lo que llamamos una muerte vicaria.
El Señor decidió morir para salvar al pecador. Murió a favor de los pecadores. Él fue nuestro representante a través de la muerte, y nuestro sustituto en ella. El apóstol Pablo hace una declaración impresionante en 2 de Corintios 5: 21: «Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios». Aquí Pablo dice que Dios trató a Cristo como pecador a causa de nosotros. Es decir, nosotros éramos los pecadores. Cristo no tenía pecado, pero Dios lo consideró como pecador a fin de que nosotros fuésemos considerados justos. Él ocupó nuestro lugar, tomó nuestro castigo y sufrió nuestra muerte; aceptó la maldición del pecado y cargó con su horrible peso. Esto es lo que significó para él tomar nuestro lugar, morir como nuestro representante.
Notemos las siguientes palabras inspiradas: «Cristo fue tratado como nosotros merecemos a fin de que nosotros pudiésemos ser tratados como él merece. Fue condenado por nuestros pecados, en los que no había participado, a fin de que nosotros pudiésemos ser justificados por su justicia, en la cual no habíamos participado. El sufrió la muerte nuestra, a fin de que pudiésemos recibir la vida suya. Por su llaga fuimos nosotros curados» (El Deseado de todas las gentes, pp. 16, 17). ¡Alabado sea Dios por el sacrificio vicario de Cristo!
Que Dios te bendiga.

ERICSON ALEXANDER - MI PASIÓN



















ERICSON ALEXANDER - MI PASIÓN

TITULOS

01. Introducción
02. Melodía angelical
03. Libre
04. Rendir mi vida
05. Las ventanas
06. Secreto lugar
07. Siento Su gloria
08. Yo Te amaré
09. Te alabamos
10. Es por Ti
11. Mi pasión
12. A Dios sea la gloria/Santo
13. No puedo vivir

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ERICSON ALEXANDER

DOS MANOS SANAS



















DOS MANOS SANAS

En la Primavera de 1983, Margaret Patrick llegó al Centro Geriátrico de Vida Independiente del Sudeste para empezar una Terapia Física.
Cuando Millie McKugh, un antiguo miembro del equipo, presentó a Margareth a la gente del Centro, advirtió la mirada de dolor en sus ojos cuando miraba el piano.
-. Algún Problema? Preguntó Millie.
-. No, repuso Margareth en voz baja, sólo que ver un piano me trae recuerdos. Antes de mi hemiplejia, la música era todo para mí.
Millie miró la inutilizada mano derecha de Margareth , mientras la mujer negra le contaba algunos de los momentos culminantes de su carrera musical.
-. De pronto Millie dijo- Espere aquí. En seguida vuelvo.
Volvió a los pocos minutos, seguido de cerca por una mujer bajita de cabellos blancos y gruesos anteojos. La mujer se ayudaba a caminar con un andador.
-. Margareth Patric-dijo Millie- te presento a Ruth Eisemberg, ella también tocaba el piano, pero, al igual que usted, no ha podido tocar desde su hemiplejia. La Señora Eisenberg tiene bien su mano derecha y usted tiene bien la izquierda, y yo tengo la sensación de que las dos juntas pueden hacer algo maravilloso.
Las dos se sentaron al piano. Dos manos sanas, una con largos dedos negros llenos de gracia, la otra con cortos y regordetes dedos blancos, se movieron rítmicamente a los largo de las teclas de marfil y ébano.
Desde ese día, se sentaron juntas al teclado cientos de veces, la mano derecha inútil de Margaret alrededor de la espalda de Ruth; la mano izquierda paralizada de Ruth en la rodilla de Margaret, mientras su mano buena toca la melodía y la mano buena de Margaret ejecuta el acompañamiento.
Compartiendo la banqueta del piano, Ruth oyó a Margaret decir: “ Mi Música me había sido arrebatada, pero Dios me dio a Ruth”, Y evidentemente, parte de la fe de Margaret se le ha contagiado a Ruth cuando se sientan juntas durante los últimos cinco año, porque Ruth ahora dice: “Lo que nos reunió fue un milagro de Dios”
El milagro de Dios se realiza cuando entendemos que nos necesitamos unos a otros. Cuando dos nos unimos, algo poderoso se libera. No siga solo. Acercarte a alguien y haz que fluya el poder de la unidad.
Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. Génesis 13:8.
Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos. Génesis 31:44.

Isaías 43:1

Isaías 43:1