LA GRACIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEA CON TODOS VOSOTROS.

AMEN.


BENDICIONES!!!

domingo, 28 de noviembre de 2010

EL INFIERNO EXISTE















He oído muchos mensajes acerca de la preparación que antecede a los que quieren ir al cielo, pero, ¿Has escuchado como prepararte para ir al infierno? Si quieres estar dispuesto para el infierno entonces, vive como te de la gana, has lo que se te antoja, búrlate de Dios, ignora Su Palabra.

Hablar del infierno ha pasado de moda. Uno de los últimos predicadores del infierno fue para mi, Billy Graham, y sus poderosos mensajes en aquellos estadios repletos de gente, para mí el momento más impactante era (y lo recuerdo como si fuera ayer sentada muy cerca a la TV, veía aquel predicador con la camisa blanca remangada y la Biblia sacudida en su mano derecha) cuando llamaba a los pecadores para que sean liberados del fuego del infierno, salían por cientos caminando hacia el altar para escapar así del castigo eterno.

Estas conferencias eran acompañadas de más de 20 mil personas presentes en cada reunión y cientos de millones de personas que seguían a las transmisiones en vivo por televisión. El Reverendo Billy Graham, hacía en sus sermones, un firme llamamiento al arrepentimiento, cuando hablaba del pecado no lo excusaba en nada y de paso hacia una descripción vívida del fuego del castigo eterno en el infierno. Recuerdo cómo exhortaba a los jóvenes a buscar significado para sus vidas, cómo hablaba sobre el hijo pródigo que regresó para no volver a su misma condición de ignorancia, Billy Graham confirmaba con detalles la existencia del cielo y el infierno en contra de la filosofía materialista, y llamaba la atención a los cristianos del mundo a demostrar a través de su vida una verdadera vida en consonancia con la Palabra de Dios.

Cuando era niña soñaba con algún día ir a uno de esos estadios y recorrer con otros arrepentidos el camino del arrepentimiento hasta el altar, quería pararme con ellos, los que serían perfeccionados, apartados de sus vicios y vidas vacías para ser enrolado en el cristianismo, en el ejército de los cristianos, separados del mundo para vivir para Dios. Ya adolescente me enrolé en el Ministerio de Juventud para Cristo, (ministerio fundado por Billy Graham) y la primera capacitación que recibí fue para ser consejera en una campaña de evangelización. No recuerdo que predicador vino a mi país, pero si me acuerdo todos los preparativos que le antecedieron, vestida con mi polo de JPC, mi banda en el brazo que decía consejera y mi Biblia para ayudar a los que bajarían de sus asientos para recorrer el camino de salida del infierno a la nueva vida en Cristo. ¡Que emoción se sentía en aquellos tiempos cuando un pecador pasaba a las filas del cristianismo! Era como si se hubiese escapado de las garras del infierno para convertirse ahora en un paladín de la pureza. Tiempos aquellos, tiempos en que el cristianismo predicaba un mensaje claro de dos caminos: el cielo o el infierno, la pureza contra el pecado.

El cristianismo parecía el paladín de la pureza, como un caballero armado y la pureza la princesa que debía ser protegida, como si el cristianismo fuera el quijote defensor y la pureza la hermanita menor que necesitaba que alguien se parara al frente de ella para cuidarla. El cristianismo se veía como un soldado, un ángel con arma en mano listo a despedazar a cualquiera que quiera mancillarla, ¿Crees que la pureza todavía tiene a su abogado en el cristianismo? Cuando recuerdo a Predicadores como el reverendo Billy que hacía hincapié en caminar una vida pura, en escapar del infierno de la religiosidad, deseo que mensajes como aquellos se repitan pues muchos cristianos han optado por cada vez un nivel más bajo de santidad.

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Romanos 6:1-6

Los que vivimos escapando del infierno no tenemos que ceder al pecado como si fuéramos macilla en manos del tentador, somos nuevas criaturas, hemos escapado de las garras del tentador y ahora como parte del ejército de Dios soy vasija en sus manos santas, listos para ser perfeccionados, cada vez más y más: “Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación” 1 Tesalonicenses 4:1-2. Ustedes saben que cuando un cristiano escoge voluntariamente y deliberadamente andar en impureza, no es el único que sufre las consecuencias, esa decisión trae deshonra al todo el cuerpo al cual pertenece ¿vamos a persistir en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera!

Antes, el cristianismo parecía el caballero de la pureza, si se buscaba una persona honrada, se buscaba un cristiano, si se buscaba una buena mujer, se buscaba a una creyente en el Señor Jesucristo, si querías ver una familia íntegra, un esposo fiel, una esposa virtuosa y unos hijos modelos, ¡esos eran cristianos! Eran los que predicaban sobre cómo Dios los había salvado del infierno en que vivían y ahora vivían consagrados a la fe. Por supuesto que en la época en que mi abuela era cristiana evangélica, también había corrupción, había hipocresía y liviandad, pero cada vez más el infierno ha perdido notoriedad y con ello se ha perdido no sólo el temor al castigo sino el temor a Dios.

Como pastora hoy me ha tocado atender a creyentes desilusionados porque otro creyente lo estafó, porque un supuesto pastor la invitó a adulterar porque se sentía incomprendido por su mujer, porque su socio cristiano se escapó con toda la inversión de la sociedad, creyentes que tienen tentaciones con la pornografía, creyentes que viven para idolatrar sus cuerpos y pierden su tiempo y dinero en gimnasios y salas de cirugía estética, creyentes que conviven con el vicio del cigarro, creyentes que se sienten tentados por la manera de vestir de las hermanitas que vienen a la iglesia, creyentes que hablan mal de sus pastores y líderes, cristianos que causan conflictos y con chismes dividen a la iglesia; etc.; ¿Todavía tendrá la pureza a su defensor en el cristianismo de hoy? “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación” 1 Tesalonicenses 4:7.

Conversaba con un creyente a quien Dios me encargó exhortar, al hacerlo le hablé con energía que viviese conforme al temor a Dios, después de un rato platicando le pregunté cómo se sentía y él me respondió: “Me siento exigido y quiero decirte Martha que Jesús siempre ha sido un caballero conmigo, él nunca me ha demandado nada, siempre me ha invitado a hacer las cosas con amor”.

Les cuento que no me gustó esa respuesta porque en mi caso personal ocurre todo lo contrario, cada vez que abro la Palabra es para ser reprendida, advertida y orientada a hacer las cosas totalmente diferente a mi gusto y gana, a los cristianos la palabra los constriñe a cambiar, a mudar, a ser transformado a prepararnos para no ir al infierno, a prepararnos para vivir una vida de pureza y santidad. Jesús fue un caballero conmigo cuando me invitó a abrirle la puerta de mi corazón, pero luego de haber escapado de manos de Satanás y ahora en manos de Dios debo de ser perfeccionada para ser un adalid de la pureza, un testigo veraz del evangelio completo.

Otra vez resuena en mi recuerdo la vieja canción de invitación que sonaba tan dulcemente a los oídos de aquellos jóvenes que llenaban esos estadios donde Billy Graham predicaba, “Ya que me llamas acudí cordero de Dios, heme aquí” Dios te lama hoy a ser uno que escapó del infierno, un hijo pródigo que volvió a los brazos del padre para no volver atrás, Dios quiere que seas un cristiano total, un cristiano radical, uno que vive para predicar salvación e integridad.

“Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz; lo que se les susurra al oído, proclámenlo desde las azoteas. No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno” Mateo 10:27-29

Martha Vílchez de Bardales

Dios los bendiga.

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Isaías 43:1

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