LA GRACIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEA CON TODOS VOSOTROS.

AMEN.


BENDICIONES!!!

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿EN QUE DEBE OCUPARSE UN LIDER?


EN QUE DEBE OCUPARSE UN LIDER

v. 13 En otras palabras, debe estar consagrado a su trabajo, que tiene como meta la salvación de los oyentes. Por eso Pablo le da a Timoteo un modelo, de cómo debe desarrollarse un culto o reunión cristiana:


a) Leer y exponer las Escrituras. La gente no se reúne a escuchar nuestras opiniones sobre la vida cristiana; sino para oir la Palabra de Dios. Todo culto cristiano debe tener su enseñanza centrada en la Biblia. Si tuvieran en cuenta este detalle esencial, muchas iglesias no estarían sufriendo, como sucede hoy una “ensalada doctrinal” que cuando es digerida sólo produce desorientación. No se puede usar la Biblia para justificar cualquier expresión dudosa. El profeta del A.T. advierte al pueblo de los falsos maestros y falsas profecías cuando les decía: “A la ley y al testimonio, si no dijeren conforme a ésto, es porque no les ha amanecido.” No debemos tener miedo. No debemos dudar.



b) En la iglesia se debe enseñar. El cristiano debe saber explicar la esperanza que hay en él. Además, ¿cómo pueden los cristianos recién iniciados comprender la Biblia, si alguien no les enseña? De nada vale predicar a la gente que deben hacerse cristianos, si no se les explica cómo. El líder cristiano es alguien que se aparta de las cosas comunes de esta vida, para dedicar horas de estudio y meditación. Una iglesia que no es alimentada no puede tener una fe duradera.


c) En la iglesia se debe exhortar. Todo está relacionado: la enseñanza debe hacerse de manera que empuje a los oyentes a hacer algo. “Alguien ha dicho que todos los sermones deberían finalizar con el desafío: “qué haremos, con respecto a ésto, amigos?” El cristianismo es verdad en acción, de otra manera no sirve.
d) En la iglesia debe prevalecer un espíritu de oración. Todo lo anterior no tiene sentido sin la oración. En la oración nos encontramos con Dios y con nosotros mismos. Se ora en el poder delEspíritu Santo de manera que El pueda tomar la dirección de nuestras vidas.


Luego, si queremos servir a Dios no debemos olvidar quiénes somos.Nuestra tarea deja de ser común para ser una tarea especial.Noten como cada cristiano es exhortado a no descuidar su don. En ocasiones el tiempo va pasando, y nos va haciendo “cristianos deshauciados”, en vez de cristianos llenos del Espíritu Santo. Nuestro progreso en primer lugar, no depende de la ayúda de otros, ni del ayuno, ni de la oración.

Todo esto es parte importante, pero debe ir acompañado de una verdadera entrega al señorío absoluto de Cristo. Si no quieres que nadie “tenga en poco tu juventud”, si no deseas sentirte menos que otros…Pablo te da un consejo perfecto en las siguientes palabras: “Ocúpate; permanece; ten cuidado de tí mismo; persíste.” Entonces nunca debemos olvidar que Dios ha confiado en nosotros, y si tienes dudas mira a la iglesia ella, cree en vos, el Espíritu habla y da testimonio a través del cuerpo.Otra versión de los vs. 14 , 15 . “No descuides el don que posees, que se te concedió por indicación de una profecía con la imposición de manos del colegio de responsables. Cuida de esas cosas y dedícate a ellas, para que todos vean cómo adelantas.” Y créeme, que en tu corazón tu recuerdas el día que Dios te llamó para servirle, ¿verdad? ¿qué estás haciendo?Ocúpate - permanece - ten cuidado- persiste. Son todas palabras que denotan acción. En el Reino de Dios no hay vacaciones. Hay vida, y por lo tanto hay acción.

Tienes que recordar tu deber de pensar en estas cosas. Hay que cuidarse de la pereza intelectual y la mente cerrada. Todo líder corre el peligro de olvidarse de estudiar y llevar a sus ovejas por caminos gastados. Tiene unas cuantas idéas favoritas y de allí no sale. El líder cristiano debe ser un pensador cristiano, o fracasará en su tarea … un aventurero del pensamiento durante toda la vida.


No debemos olvidar el deber de concentrarnos. Un activismo repartido en infinidad de tareas es sumamente peligroso. El único deber es concentrarnos en aquello para lo que fuimos llamados.Debemos tener cuidado de nosotros mismos. Yo soy mi primer enemigo. Pablo decía: “golpeo mi cuerpo y le obligo a obedecerme.” Otra cosa no es más que pereza. Cuidado de mi mismo y de con quienes tengo amistad. Debemos cuidar que estemos progresando. Y eso debe ser evidente a todos, para nuestro bien, y el de quienes nos siguen.


Concluimos, entonces, de que una vida de consagración, estudio, sacrificio y dedicación, nos irá moldeando para ser cada vez más parecidos al modelo divino, es decir, Jesucristo nuestro amado Señor.

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Isaías 43:1

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